En torno a la Literatura Española

by - jueves, mayo 20, 2021

En una síntesis – el lector puede hallar referencias en cualquier Manual de Literatura Española - intentaremos demostrar dos Siglos de Oro - único en el mundo - de la literatura. El primero, conocido por todos, es el Siglo de Oro o Siglo de Oro Español, un período de florecimiento de las artes y la literatura en la España de la dinastía de los Austria o los Habsburgos. Se trata de un período sin fechas delimitadas, usualmente superior a un siglo a pesar de su nombre, cuyos inicios estarían luego de la Reconquista española, alrededor de 1492, y sus fines alrededor de 1681, año de la muerte de Pedro Calderón de la Barca.

Sinodal Aguilafuente. Primer Incunable Impreso en España

El Siglo de Oro fue una elevación de los sentidos, de la expresión en todas sus artes. La elevación del espíritu y a la grandeza de un Imperio venido a menos, pero que durante más de un siglo se convirtió en el centro mundial artístico.

El término “Siglo de Oro” fue creado por Luis José Velázquez, marqués de Valdeflores, quien fuera un erudito y anticuario del siglo XVIII. Lo utilizó por vez primera en su estudio Orígenes de la poesía castellana, 1754.

Los grandes autores del Siglo de Oro español fueron: Miguel de Cervantes, Luis de Góngora, San Juan de la Cruz, Santa Teresa de Jesús, Francisco de Quevedo, Tirso de Molina, Pedro Calderón de la Barca, Lope de Vega.

A mediados del Siglo XVI, la literatura renacentista también empezó a dar sus primeros frutos con representantes como Garcilaso de la Vega, de clara inspiración italiana, y Fray Luis de León.

Los artistas viajan muy poco y los pintores solamente lo hacen a Italia, por un corto periodo de tiempo. Sólo Rivera y Velásquez profundizarán en la escuela Italiana.

Pintores de la talla de Diego Velásquez (barroco) , el “Greco” Doménikos Theotokópoulos (manierismo) encabezaron un movimiento pictórico sumamente importante en la España del Siglo de Oro. Al barroco, entre otros, pertenecen Velázquez, Zurbarán, Ribalta, de Ribera...

También para la música española fue el Siglo de Oro. Los compositores de la corte no sólo componían sus obras sino que además unían su labor de dramaturgo y poeta. Un buen ejemplo es Juan del Encina en el siglo XV y XVI o en el siglo XVII Juana Hidalgo, musicalizó zarzuelas de Pedro Calderón de la Barca.

Veamos ahora, según mi criterio, el segundo Siglo de Oro. En 1928 aparece el Romancero gitano de Federico García Lorca y Jorge Guillén publicará un año antes su primer Cántico. Pedro Salinas, Presagios en 1923 y Rafael Alberti, Marinero en tierra. Imagen de Gerardo Diego, en 1922; Poemas puros, poemillas de la ciudad, de Dámaso Alonso, en 1921; Tiempo, de Emilio Prados, en 1925; Las islas invitadas, de Manuel Altolaguirre, en 1926: Perfil del aire, de Luis Cernuda, en 1927; Ámbito, de Vicente Aleixandre, en 1928. En 1933 se editará Perito en lunas de Miguel Hérnandez.

Es necesario recordar que la generación de autores vanguardistas surgió en 1927 con sus fundadores Pedro Salinas, Melchor Sánchez Almagro, Rafael Alberti y Gerardo Diego, quienes designaron un nombre para el grupo rindiendo homenaje al máximo exponente de la literatura barroca del Siglo de Oro, Luis de Góngora (1561-1627), dado que se cumplían trescientos años de su fallecimiento. Surgió entonces el nombre de “generación del 27”. En conjunto, la obra literaria de la Generación se encuadra dentro de la poesía.

Relacionados con ellos debemos evocar a novelistas como Ramón J. Sender y Max Aub; dramaturgos como Alejandro Casona; pintores como Salvador Dalí, Maruja Mallo, Juan Gris; cineastas como Luis Buñuel, músicos como Manuel de Falla; ensayistas como María Zambrano.

En los jóvenes poetas de la Generación del 27 ejercieron un magisterio fundamental dos figuras clave en la cultura de la época: Juan Ramón Jiménez, verdadero guía en la iniciación literaria de muchos de ellos a través de la revista Índice y de sus observaciones críticas. Su poesía pura constituyó el referente poético más claro del panorama español, sobre todo a partir de Diario de un poeta recién casado. La otra figura es José Ortega y Gasset. La influencia de Ortega fue ideológica y teórica. En La deshumanización del arte (1925) estableció los rasgos del nuevo arte.

El surrealismo es uno de los ejes centrales de la Generación del 27. Busca la belleza y la libertad expresiva, dejando a un lado las reglas rígidas e inmóviles por las que antes se regía la creación literaria y huyendo del sentimentalismo. De esta forma quieren llevar a cabo una renovación estética de la poesía española pero sin olvidar nunca la importancia de la tradición literaria. Por ello, en sus obras se entremezclan el léxico culto con el coloquial.

La metáfora es la figura retórica más recurrente e importante pues a través de su uso los poetas reflejan con más detalle el pensamiento vanguardista a través de la creación de imágenes visionarias. Otra de las innovaciones que introducen en la presencia de versos blancos y versos libres; es decir, la libertad en cuanto a las férreas reglas métricas es un rasgo que define a estos autores.

Pero el cuadro del Segundo Siglo de Oro no se termina de entender sin la Generación del 98. Esta Generación parte del Modernismo, tendencia estética que llegó a España de la mano de su cabeza representativa, Rubén Darío. Busca la expresión de una nueva sensibilidad con un nuevo lenguaje, rechazando el prosaísmo y la retórica de la literatura anterior. Crean nuevas formas literarias además de reformar las existentes. Es así como el genio de Unamuno con su nivola (ficción narrativa) frente a la novela realista imperante en el siglo XIX abre caminos inéditos, revolucionarios. Las obras de teatro de Unamuno se caracterizan por los dramas de estilo filosóficos. Azorín utiliza la novela impresionista y lírica donde juega con los espacios y el tiempo, utilizando los mismos personajes en distintas épocas. Baroja, influenciado por el folletín, crea una novela abierta. Valle-Inclán y su novela con pincelada cinematográfica, rozando el estilo teatral. Para el teatro Valle-Inclán se apoya en el esperpento y el expresionismo.

Tenemos que nombrar a otros creadores imprescindibles: Ángel Ganivet, Juan Ramón Jiménez, Ramiro de Maeztu, Vicente Blasco Ibáñez, Leopoldo Alas, Manuel Machado. Detrás de ellos la figura inmortal de Galdós. Como pocos, Galdós escribió para “ser releído”. También recordar a los pintores: Sorolla, Julio Romero de Torres, Zuloaga, Beruete, Ricardo Baroja – hermano de Pío – Rusiñol, entre los más conocidos.

Resumiendo: el término “generación del 98” fue designado en 1913 por el escritor español José Martínez Ruíz, Azorín. Fue un movimiento literario y cultural que predominó durante las primeras décadas del siglo XX. Estos son, en síntesis, los elementos por los cuales considero el otro Siglo de Oro: hablamos de la generación del 98 y la del 27.

Carlos Penelas
Buenos Aires, mayo de 2021

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