Amigos, a estas tierras se llega
desde el ensueño. Algo que la vida ha cifrado;
una suerte de hidalguía,
de gentilhombre en el exilio con la misiva
de una mujer desventurada.
Lleva su tiempo, amigos, revelar el Mandeo,
las guerras irmandiñas, las cábalas del bosque,
el castro de Untía, las callejuelas,
la farmacia Couceiro, el casco histórico,
escuchar al cronista de la Cidade dos Cabaleiros
don José Raimundo Núñez-Varela y Lendoiro.
El sarcófago con el oso y el jabalí
de Pérez de Andrade o Boo,
el señorío en la torre de Alonso de Lanzós.
Y el Globo de papel más grande del mundo.
Los siete puentes de los siete ríos.
Las siete iglesias y los siete monasterios.
Miremos. Aquí un acuerdo imponderable
con la belleza y la llovizna. Un fulgor en el hechizo
de la noche. Es así, no enfatizo. El tiempo
y el destino abismaron litografías. Otro rito,
entonces, de lo inasible y la ternura.
(San Roque con bordón, sombrero y capa
acompañado de su perro Melampo).
Aquí el reino de mis antepasados,
una memoria que entreteje simetrías.
Esa extraña eternidad que aguardan
los náufragos o los poetas.
Carlos Penelas
Buenos Aires,18 de julio de 2024