Las hijas de Adán y Eva
Le pido, querido lector, un poco de paciencia. En unas líneas intentaré presentar mi duda. En el libro del Génesis, como usted sabe forma parte de la Biblia, se narra la creación del mundo y la aparición de los primeros seres humanos: Adán y Eva. Según este relato, Dios creó a Adán del polvo de la tierra. Luego a Eva a partir de una costilla de Adán.
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Adán y Eva, de Gustav Klimt |
Pero ocurrió algo tremendo: la tentación llegó en forma de serpiente, persuadió a Eva para que comiera del fruto prohibido. Eva, a su vez, convenció a Adán para que también lo probara. Este acto de desobediencia marcó un punto crucial en la narrativa bíblica, introduciendo el concepto de pecado original. No entraremos en detalles sobre la desnudez, la vergüenza y otras menudencias. La desobediencia de Adán y Eva tuvo como consecuencia su expulsión del Jardín del Edén. Todo está en la Biblia, no invento nada.
Bueno, aquí comienza mi debacle. O la debacle. El Génesis menciona a tres hijos de Adán y Eva: Caín, Abel y Set. Caín es conocido por ser el primogénito de la pareja y por su papel en el primer fratricidio de la historia bíblica. Desde niños nos enseñaron que la historia de Caín y Abel es una de las más conocidas de la Biblia. Simboliza el conflicto entre el bien y el mal, así como las consecuencias del pecado y la violencia. Otra vez el pecado.
Set, el tercer hijo mencionado, nació después de la muerte de Abel. Es considerado – según sagradas versiones - el antepasado de Noé. De acuerdo al Génesis, Set fue concebido para continuar la línea de descendencia de Adán y Eva. Caín fue maldecido y desterrado por Dios. No sabemos dónde pero fue desterrado. Los mal pensantes dicen que a la Casa de Gobierno de un país lejano. No podemos confirmar esto. La figura de Set es importante dentro de la novelística bíblica pues representa la continuidad de la humanidad a través de una línea que se considera justa y piadosa. Set es mencionado como el "sustituto" de Abel. Esto significa que subraya su papel en la preservación de la descendencia de Adán y Eva.
Aquí vemos el primer inconveniente. El Génesis no especifica el número exacto de hijos que Adán y Eva tuvieron. Escritos de siglos posteriores dicen que tuvieron más hijos. Es fácil comprender pues en el relato bíblico se menciona que Adán vivió 930 años y tuvo "hijos e hijas", lo que indica una gran cantidad de descendientes. No sabemos cuándo dejó de tener fertilidad o cuando la calidad de esperma se vio afectada. Quid pro quo.
(Permítame lector una digresión. Por razones de Estado – lo estudié a los veinte años – existió la endogamia en familias reales. Tías y sobrinos, primos, hermanos y amantes, un padre que era también tío abuelo, incestos sobre el tálamo santificado. La religión estuvo siempre estrechamente ligada a los asuntos políticos europeos. Se trataba de territorios, de mantener el poder entre pocas familias. El incesto trajo la hemofilia, pero eso es otro tema. Ni hablar de las bodas reales certificando la virginidad de la novia, consumación del matrimonio y relaciones en acto público. Bendecido, se entiende).
El Libro de los Jubileos, texto no canónico, ofrece una versión más detallada de la descendencia de Adán y Eva; mencionando hasta nueve hijos, entre los cuales se incluyen mujeres. Aquí el quid de mí desesperación. La mención de hijas en estos relatos sugiere relaciones incestuosas. Sin flatulencias, por favor. ¿Entiende o no entiende? Ni Ingmar Bergman lo imaginó.
Esta duda nació en mí a los ocho años. Mi padre, hombre sabio y comprensivo, me dio diversas versiones. Escatológicas todas. Digo: en el ámbito religioso es la doctrina que estudia la muerte, el juicio final, el cielo, el infierno, el fin del mundo, el regreso de Cristo… No lo dije refiriéndome al ámbito fisiológico. Que quede claro. Verum est.
Años después decidí investigar. A lo largo de la historia, la narrativa de la expulsión ha sido objeto de diversas interpretaciones y debates. Algunos estudiosos han analizado el mito desde un punto de vista histórico y cultural, situándola en el contexto del exilio babilónico de los judíos. Otros han abordado el relato desde una perspectiva simbólica, interpretando la expulsión como una metáfora del paso de la inocencia a la madurez y la responsabilidad.
La narrativa de Caín y Abel ha sido interpretada de diversas maneras, desde un relato literal hasta una alegoría sobre la naturaleza humana y la lucha interna entre el bien y el mal. La figura de Set, por otro lado, es vista como un símbolo de esperanza y continuidad, marcando el inicio de una nueva era para la humanidad tras el trágico suceso del fratricidio.
La información adicional proporcionada por el Libro de los Jubileos también ha llevado a reflexiones sobre la naturaleza simbólica y moral de las historias bíblicas. Al ofrecer detalles que no se encuentran en el Génesis, este texto invita a los lectores – a mí - a considerar las múltiples interpretaciones y significados detrás de la narrativa de Adán y Eva. La existencia de estos relatos alternativos destaca la complejidad de la tradición bíblica, así como la diversidad de perspectivas que han surgido a lo largo de los siglos en torno a la figura de la primera pareja humana. Rara, por cierto. No se habla de neurosis, del complejo de Edipo ni de bigamia. Tampoco de la masturbación. Recuerde: pecado venial. Como la embriaguez o la gula. Hay más.
El Génesis fue escrito en el siglo VI a.C., durante el exilio post-babilónico de los judíos. Este contexto histórico sugiere que la crónica podría haber sido utilizado como una parábola para enseñar comportamientos a la población judía de la época.
Las interpretaciones de la novela de Adán y Eva han variado significativamente a lo largo del tiempo, con diferentes enfoques y perspectivas. Algunos estudiosos han optado por una lectura literal de la historia, mientras que otros han preferido una interpretación simbólica y alegórica. Esta diversidad de interpretaciones refleja ¿complejidad, ilusión óptica, timo? de la narrativa bíblica, Bueno, en eso estamos. Si usted, amado lector, me explica esto mejor que mi padre o que los estudios que he analizado a través de mi vida, agradecido. Créame, me quita el sueño. Le recomiendo, caro amigo, que escuche a Riccardo Cocciante. Y relea El derecho a a la pereza de Paul Lafargue. Veritas veritas est.
Carlos Penelas
Buenos Aires, 3 de mayo de 2025
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