Saber sentir es saber decir.
Cervantes
Debo decir que todo es vigilia.
Sube el tiempo con su lámpara antigua
arrebatando mitos, laberintos, secretos.
Sólo la infancia tiene un lugar sagrado,
su escondite, su sueño, su destino.
Luego, la vida transita otro sendero.
Las preguntas agobian y no hay certeza
de cada acto, de cada gesto o palabra.
Sólo espejismo que prodiga el azar,
en lechos, en barcas impacientes.
Conocemos muelles, viajeros, nostalgias.
Conocemos bibliotecas abandonadas,
papeles, artesanos, maletas, talismanes.
También aldeas, callejuelas, hembras
añorando un futuro insomne, extraviado.
Evoco a von Weber, a Vermeer, a Cartier-Bresson.
También la nouvelle vague, Seinfeld, Chaplin.
Decimos Marcos Ana, insurrección, pureza.
Decimos anarquismo, Thoreau, Godwin.
Sentimos el candor de la rosa, la fidelidad
del silencio; cauteloso, cósmico.
Pero todo es alegórico,
sutiles treguas o tramas del pasado.
Somos sonámbulos mirando por ventanas
para seguir anhelando beatitud o apego
como Odiseo entre bosques y mares.
Sobre la perezosa arena, desentendida.
Carlos Penelas
Buenos Aires, diciembre de 2022
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