Ecos y senderos: Luisa Villalta

by - jueves, marzo 28, 2024

Non nos estábamos separando, por iso nos recoñecemos.
Fitabamo-nos na cita imprevista, sen saber quen nos
chamou ao fio da noite.

Carlos Penelas junto a Luisa Vallalta en el Café Derby de Santiago de Compostela, 1995

No creo en el azar ni en el destino pero hay voces o caminos que nos llevan a encuentros, a búsquedas, a comuniones. Desde joven colaboré y trabajé en diferentes centros gallegos de Buenos Aires. Federación de Sociedades Gallegas, Centro Betanzos, Centro Galicia entre otros. La profunda amistad con Luis Alberto Quesada hizo que generáramos homenajes y conferencias en torno a Miguel Hernández, García Lorca, León Felipe, entre tantos otros. Juntos, en muchas oportunidades, a Paco Lores y Arturo Cuadrado. Tuve amistad y admiración por un poeta lamentablemente olvidado y casi desconocido, un poeta de características superiores. Un hombre ético y valiente. Hablo de Xosé Conde. En mi juventud me presentó escritores, me guió en lecturas y en el universo de la galleguidad.

Con los años publiqué en Galicia los primeros poemas, mis artículos literarios y periodísticos. Por supuesto, ya lo venía realizando en diferentes revistas o diarios de España y de América Latina. Comencé a tener correspondencia con muchos poetas significativos de Compostela, Ourense y Pontevedra.

A finales de los años 80 o principio de los 90 recibí una invitación para dar una serie de conferencias y presentaciones. No puedo dejar de mencionar al Dr. Agustín Sixto Seco y a Xavier Alcalá. Ellos fueron mis patrocinadores en esta oportunidad. Me abrieron puertas, me hicieron recorrer museos, bibliotecas, diarios. Una tarde Alcalá me llama al hotel y me dice que me esperaba al día siguiente en el Café Derby, el histórico Café Derby donde me encantaba ir casi todos los días y ver pasar la vida.

Por supuesto había almorzado hacía años con Manuel María, conocía a Manuel Rivas, a Xosé Manuel Beiras, a Bernardino Graña.. En Buenos Aires, muchos años después, trabé una breve amistad con Gonzalo Torrente Ballester. Xosé Conde, ya radicado en Ourense, me presenta - junto a Eduardo González Ananín y al profesor Víctor Campio Pereyra - a Pura Vázquez.


En el Derby, Alcalá me presenta para ser más claro, a Miguel Anxo Fernán Vello, a Uxio Novoneyra y a una bella muchacha: Luisa Villalta. Esa tarde compartimos una velada inolvidable. Plena de humor, ironía y poesía. Y pude hablar con Luisa casi en la intimidad. Una joven, como señalé, de finas facciones; fina y reservada. Había publicado su primer libro pero los de la mesa – sobre todo Novoneyra – me habló con emoción de su poética. Me enteré que era una destacada violinista, que amaba a Bach, que también buscaba la perfección en Béla Bartók, que conocía la tradición poética de Galicia; compartimos afectos en muchos de estos autores. Hablamos de Méndez Ferrín, Alvaro Cunqueiro, Amancio Prada, Emilia Pardo Bazán, y uno de mis admirados: Ramón del Valle Inclán. Una poeta de mirada dulce, de mirada que transmitía serenidad al mismo tiempo cultura. Fue una felicidad haberla conocido. Callada, solía afirmar con un leve movimiento de cabeza, con la vista al infinito. Había una elegancia que se transmitía en el tono de voz, en la moderación del hablar. Una comunicación verbal y no verbal. Sabía escuchar las intuiciones. En síntesis: finura. Electa ut sol. No volvimos a vernos. Al día siguiente debía estar en Madrid. Me esperaba una conferencia en la Universidad Autónoma de Madrid.

Carlos Penelas
Buenos Aires, 28 de marzo de 2024

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