
Subida noche
en la noche serena,
con llama que consume y no da pena
San Juan de la Cruz
con llama que consume y no da pena
San Juan de la Cruz
Purificado en tiniebla, empobrecido,
encarcelado, prófugo, amador de silencio,
místico cielo, oscuridad y sed de infinito.
Así leo y te contemplo. Vacío, sin dones
para llegar al alba o a la luz del poema.
Es entonces cuando te siento terrenal,
prisionero de un patíbulo, amordazado.
Pero es amor sublime el que llama,
cántico que mana de sueño único,
reiterada vileza de esos pobres creyentes.
Carlos Penelas
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