Una obra maestra

by - sábado, febrero 19, 2022

No trataremos el film de Giuseppe Capotondi, “una película elegante, pero inerte, que no encuentra el punto medio entre Abbas Kiarostami y François Ozon en el fútil intento de recrear talentos” escribió David Ehrlich. De todas maneras – al margen de esta crítica – la recomiendo; hay miradas estéticas, tiene encanto, buenos actores, plantea cuestiones sobre la creación.


Hay obras o autores que son casi desconocidos. No hablo del vulgo, del lector medio; me refiero al lector supuestamente culto, informado. Incluyo – qué duda cabe – escritores, críticos y profesores. Quién no se emociona al evocar Madame Bovary (1857) de Flaubert, Anna Karenina (1877) de Tolstoi, La Regenta (1884) de Leopoldo Alas, “Clarín”. Todas grandes obras del realismo literario del siglo XIX. O El primo Basilio (1888) - obra que no he leído - de José María Eça de Queirós, llevada al cine en nuestro país (1944) con el título de El deseo dirigida por Carlos Schlieper, protagonizada por Elsa O'Connor y Santiago Gómez Cou entre otros.

La primera vez que escuché nombrar a Theodor Fontane y su obra maestra Effi Briest fue en el Profesorado en Letras Mariano Acosta, cátedra del profesor de Literatura Alemana, Rodolfo Modern. Años de oro de nuestra educación, de nuestra formación. Hablamos de 1966. Los nombres de Thomas Mann, Müller, Adolf Stern, Heine, Hölderlin, Schlegel o Goethe eran habituales. Héctor Ciocchini, Hugo Cowes, David Viñas o Luis Franco me hablaron, años después, de Fontane.

La protagonista rompe las convenciones de la sociedad al sostener una relación adúltera con un militar, el mayor von Crampas, que tras muchos años es descubierta por su esposo Gert von Innstetten. Es importante recordar que Effi Briest fue adaptada al cine y también para la televisión alemana. La versión más famosa (1974) es la de Rainer W. Fassbinder, con Hanna Schygulla en el papel protagónico. En 2009, a mí entender la versión cinematográfica más reciente, es la de Hermine Huntgeburth. La protagonista en esta oportunidad es Julia Jentsch.

Debo confesar – para aquellos que desconocen mi obra o mi formación – que no soy especialista en literatura alemana. En realidad no soy especialista de ninguna literatura. Tranquilo, esquivo lector. No vamos a realizar un artículo sobre literatura comparada ni analizaremos textos significativos. Mi interés es que usted lea Effi Briest, sólo eso. Me lo agradecerá. La novela fue publicada en 1895 y es considerada una de las obras maestras del realismo literario alemán. Es una crítica profunda a la moral burguesa de aquella Prusia imperial. La obra nos presenta la vida de Effi Briest, una joven mujer de la provincia, oprimida por las severas costumbres de la aristocracia. Publicada inicialmente por entregas, apareció en forma de libro en 1896. Es la obra tardía de un autor que escribió sus novelas más relevantes después de haber cumplido sesenta años. La historia de la literatura suele considerar Effi Briest la mayor de ellas. Debemos completar diciendo que fue la última novela de Theodor Fontane aparecida en vida del autor.

Algunos datos importantes para tener en cuenta. Una breve referencia a distintas claves que usted, lo presiento, descubrirá. La madre de Effi Briest había amado en su juventud a un joven oficial, el barón Instetten, pero se casó con el presidente del distrito, von Briest, que era mejor partido. El barón Instetten, después de abandonar el servicio militar, hizo carrera en Pomerania, también como presidente de distrito, y ahora, durante una visita a casa de Briest, queda prendado de la jovencísima hija de su antiguo amor y la pide en matrimonio. Por supuesto, von Briest conocía el pasado de su mujer. Así son las cosas, nuestra sociedad no es muy diferente. Por eso su actualidad. Volvamos a La mujer zurda (1976) de Peter Handke para - desde otro ángulo - sentir el tema de la comunicación, la soledad, la angustia de la crisis en una mujer, el monólogo, la complejidad del ser.

La crítica expresó oportunamente que si “en sus otras obras Theodor Fontane sobresale por su arte de discurrir, en Effi Briest descuella por su arte de callar, puesto que todo se desarrolla a media voz, sin dramático patetismo (aparte de la catástrofe provocada por el duelo), y todo respira una resignación consciente ante la dura rigidez de las leyes de la llamada buena sociedad, de la cual retrata con perspicacia sus debilidades y sus errores…”

Caro lector, tiene un camino a recorrer. No daremos más datos. La novela es equiparable – lo dijimos de algún modo al comienzo del artículo – por temática, calidad y universo a las protagonistas de Madame Bovary, Casa de Muñecas (Ibsen, siempre Ibsen), La Regenta o Anna Karenina. Según opinión del crítico alemán Marcel Reich-Ranicky (1920-2013) es una de las veinte obras maestras de la literatura alemana. Un breve paréntesis, pero significativo. Marcel Reich-Ranicki es una figura clave de la crítica literaria alemana. Huyó del Gueto de Varsovia, sobrevivió y dedicó su vida a la literatura alemana. Es conocido por su estilo incisivo y polémico.

Para finalizar debemos recordar a Thomas Mann. Señaló que si alguien se veía obligado a reducir su biblioteca y sólo conservar seis novelas, una de ellas debía ser Effi Briest.

Carlos Penelas
Buenos Aires, 15 de febrero de 2022

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